miércoles, 10 de abril de 2013

Ensayo Ética para Amador por Alexa Beltrán

 Las personas estarían más a gusto con sus propias vidas, ya que se centrarían en disfrutar lo que tienen, darse una buena vida, tratar a las personas como personas, es decir tantas cosas importantes que nos sirven día a día, pues vivimos en comunidad- Alexa Beltrán Benavides





Ensayo ética para Amador

El ser humano siempre ha estado pendiente de en qué estado se encuentra su libertad. Hasta qué punto podemos ser realmente libres, o qué implica tenerla, siempre han sido interrogantes que diversos autores se han propuesto analizarlas desde varias perspectivas. Uno de ellos, Fernando Savater con su Ética para Amador, nos lleva a un plano más interno de la libertad, en el sentido que el hombre es capaz de elegir lo que quiere -y no así lo primero que le llega a la cabeza-, dando pautas para concientizar al lector de que hasta en lo más “banal” de la vida está inserta la libertad, haciendo énfasis en dos aspectos claves de ésta: primero, la libertad es cómo responder a lo que nos pasa, y no elegir lo que nos pasa y, segundo, ser libre de intentar algo no significa lograrlo ineludiblemente ya que debemos elegir dentro de lo posible debido a que no somos omnipotentes. Posteriormente, nos plantea un análisis del concepto desde un punto de vista social, y en el plano de la política y el interés, de las mismas personas que desean vivir bien, por la política.
A través del libro, define y vincula a la ética como un arte de vivir, no sólo como un concepto. Este arte significa darse una buena vida, ya que, como plantea, es ése el deseo global de todo ser humano, quien aparte de ser una realidad biológica, natural, también es una realidad cultural. De allí se desprende que el hombre, en su realidad cultural, se vincula con otros hombres, creándose un proceso recíproco de humanización. Al analizar esto, podemos darnos cuenta que darnos la buena vida no es muy distinto de dar una buena vida.

Una de las cosas más importantes y que nos diferencia de las demás criaturas, es la libertad: poder decidir qué nos conviene, conscientemente y no dejarnos llevar por gustos o caprichos. Poder decidir con lo que tenemos y no lo que quizás queremos tener: es decidir hacer lo mejor posible, disfrutar lo más que se pueda, dentro de lo que se nos es dado. Esto, sin embargo, implica una responsabilidad de conocernos para no sobrepasar las libertades de los demás, en el sentido de que cada cual posee, a su vez, una cierta realidad que engloba su forma de pensar y actuar. De todo esto se desprende, por otro lado, un concepto clave en el vivir de cada persona: el darse la buena vida. Contrario quizás a lo que se pueda pensar, este lema nos propone averiguar cómo vivir mejor con uno mismo, y con toda la gente con que nos relacionamos cada día, ya que de otra manera no se podría hablar estrictamente de ser humano, en vista de que el hombre es un ser cultural (bajo la premisa de que no hay humanidad sin cultura, cuya base es, justamente el lenguaje). El conjunto de normas, de signos, de expresiones que nos acercan y nos permiten una convivencia social aceptable es, al final de todo, un proceso recíproco: implica respetarnos unos a otros, tener miramientos con las demás personas y aceptar entonces el hecho de que innegablemente estamos unidos por una cultura. Es un proceso recíproco que conlleva a que, al darnos la buena vida, también la estamos dando. Por otro lado, una parte de esta buena vida, de estas ganas de disfrutar, de aprovechar al máximo las oportunidades, es la de obtener placer. Se debe buscar el placer como herramienta para la satisfacción y bienestar de nuestro cuerpo, aunque con énfasis en algo: es importante buscar todos los placeres del momento de la vida en que estamos, y no apresurarnos en obtenerlos todo simultáneamente. El principal motivo de esto, es que nos cegamos con llegar más allá, con tener más y más, olvidando lo importante de todo lo descrito: lo placentero es saber disfrutar con las cosas que tenemos. También, uno de los puntos finales, es la relación entre la ética y la política, siendo esta última la encargada de tres aspectos: evitar las dictaduras (velar por la libertad), velar por la común y mejor convivencia entre las personas e intentar armonizar los intereses de la gente (justicia) y conocer la dignidad de los ciudadanos y ayudar  a quienes lo necesiten (asistencia comunitaria).

Ética para Amador quiere tomar algo tan común de exigir por todos, pero al mismo tiempo tomado tan a la ligera (a no ser que se hable de cárcel o ser esclavos), para dar un total revés a lo que se cree que es la libertad. Los dilemas de cada día y en la forma que los resolvamos, dejamos ya de tener cierta opción por haber preferido la que tomamos ya que, como propone el mismo autor, toda acción deja huella primero en nosotros y después en nuestro prójimo. Es necesario conocerse a sí mismo para dar un paso a tal elección. Esto es sumamente importante pues tenemos que tener presente nuestras necesidades y nuestros gustos y no siempre el yugo del ¿qué se dirá?, ¿le parece esto a mi compañero?, ¿le gusta esto a mis padres?, pues al final somos nosotros los responsables de nuestra vida, y al final quienes vamos a “cargar” con ella. Hay que tener presente que todo construye nuestra vida. Todo lo mencionado es en un contexto, pues lo que uno quiere tampoco puede pasar a llevar a todo el mundo. Por eso es necesario tener clara la responsabilidad que lleva la decisión: poder no sólo aceptar sino que afrontar la consecuencia de nuestra decisión. El autor establece que la ética, es decir, nuestra manera de vivir, finalmente, es un haz lo que quieras. Sin embargo, esto bien entendido, no es pasar a llevar a las demás personas, sino darnos una buena vida, eje central para todo buen pasar en ésta, ya que de eso es lo que tenemos que preocuparnos finalmente. El hecho más sincero es el que una buena vida para mí, es una buena vida para los demás, ya que si actuamos bien, dejamos un camino cimentado para el otro, de forma que éste también tenga un buen pasar. No obstante, creo que no significa que nos tengamos que “desvivir” por el otro, o tener en cuenta siempre a los demás para decidir, si no pensar que lo que a mí me conviene, es lo que le conviene a la mayoría de los seres humanos y, al final, es no boicotear a la otra persona por mis acciones.
Con el último punto explicado se da paso a un proceso comentado en el libro, el proceso recíproco de humanización, el que se da en convivencia con otros seres humanos por medio del lenguaje -que es la manera de comunicarnos, de crear símbolos-. La humanización se logra al conversar, esto lo analogo con que el otro ser humano (sin prejuicios de cómo sean sus actitudes), tiene un mundo interno, que es tan válido como el nuestro. Es por eso que hay que tratarlos como lo que son, como personas, las que se deben respetar, darnos cuenta que revelan su mundo en cada momento al hablar (ya que al hablar uno se expresa con su vida a cuestas); se debe apreciar ese gesto y, lo más importante, es intentar comprender los vínculos, los afectos y dolores que hay dentro de ese mundo, y compartir cósmicamente en el universo de mundos que existen en la sociedad, este proceso refuerza la dignidad que todos tenemos, esto es tomar al otro en serio.
Pienso a futuro, en mi labor profesional que tendré un papel crucial en algunas personas ya que nos vinculamos con aquello que los humaniza (el lenguaje), aparte tenemos las esperanzas de ellos y familiares. Al darles una buena vida, es cierto que lo que más podemos regocijarnos en encontrar es la alegría, la alegría en la ayuda que brindamos, no sólo como profesional sino como personas al crear un vínculo y lograr esa cercanía, saber cosas tan íntimas que los aquejan, brindarles unos minutos de terapia donde no sólo sea atenderlo, y hacer lo que me dice el diagnostico que tengo que hacer, si no considerarlo una persona. Darle un trato digno, y escuchar su punto de vista, ya que hasta su muerte las personas merecen esto, no se puede pasar a llevar el deseo de esta misma persona, sólo por yo tener el “poder” o herramienta que lo pueda ayudar a tener un pasar mejor.
Aunque considero que la calidad de vida es más importante que años de vida, pues creo que si existe un gran compromiso de lo que es la persona en sí por un tratamiento para “obligar” a que su vida se alargue, la humanidad se desgasta, se pierden muchas cosas como personas y también se pierde la mano de cercanos que puede afectar más estos hechos emocionales que mantener más tiempo la vida, por esto creo necesario inculcar en la vida de las personas el disfrutar de todos los momentos encontrarle el placer a todos los momentos de la vida, y así quizás a futuro no existiría el dilema tan grande que hay en torno al proceso de la muerte, así mismo quizás cambie un poco el paradigma en el que se mueve el área de la salud. Otro punto importante es la relación de la ética con la política ya que la política vela por organizar de mejor manera la convivencia social, se distingue por no interesarle las intenciones si no los resultados, debido a esto en ocasiones es tan complicada la relación entre las entidades políticas con sus leyes y los profesionales de la salud, dado a qué ellos tienen de premisa los resultados, lo que se apegue a las leyes, sin entender en contexto, ni la mejor manera de actuar según el paciente y su historia, sólo piensan en el prototipo paciente y el prototipo tratamiento dejando entre ello la vida de una persona, y en base a esto crean las leyes. Estar al tanto de la política es necesaria para poder “actuar” en su momento con la elección, y la organización gubernamental que propone Savater es la que se ocupe de la libertar (respetando al máximo las facetas públicas de ésta), la justicia (fomentándola entre la sociedad, permitiendo que exista un trato igualitario, respetando la dignidad), y finalmente la asistencia (asegurar esto y ayudar a los que no pueden ayudarse), en este caso de la asistencia, creo que ni a la persona desvalida debe tratarse como inválido se pasa a llevar su dignidad, se deben crear programas que verdaderamente ayuden y no creen programas que no atacan al problema de raíz, sólo dejan una bonita pantalla, en el caso del fonoaudiólogo debe tener más participación en crear, aportar y tener una mirada crítica a lo que atinge a su área, intentando no subestimar a las personas (como personas también lo debemos hacer).

“¿Qué te parecería si ahora te digo que la puerta a la ética bien entendida no está escrita más que esa misma consigna: Haz lo que quieras?” (Savater, 2004).
Esta frase a amador da cuenta de todo lo que necesitamos para vivir, es la conclusión de un buen vivir. A través del libro Savater habla temas que nos interesan a todos ya que son intrínsecos en las personas. Podemos darnos cuenta de que la típica frase cliché de no ser libre, no es de este modo, si no que en mi opinión la gente alega no ser libre por no dejarlos hacer su voluntad o más bien dicho su capricho, o es muy cierto que es lo más simple, desplazar nuestra conducta. Creo que es imperativo que exista en la humanidad una reflexión más abierta a lo que son estos temas, a que se inculquen y se hablen en la cotidianidad y no sólo exista un discurso moralista, si no que vaya más allá de eso. El autor nos da pautas de lo hay que tener en consideración pero cada persona debe fabricar su vivir pues cada una es única, pero con un instrucción mayor en el tema, creo que a las personas tendrían un desengaño enorme respecto a algunos temas (como me sucedió a mi), pues pienso en las personas que a veces sufren tanto siendo que quizás si se les explicara otro punto de vista le darían a su vida un nuevo eje, una nueva armonía al vivir. Las personas estarían más a gusto con sus propias vidas, ya que se centrarían en disfrutar lo que tienen, darse una buena vida, tratar a las personas como personas, es decir tantas cosas importantes que nos sirven día a día, pues vivimos en comunidad. Creo también que no existiría una organización política con tantas atribuciones sobre las personas pues cada uno estaría consiente de su libertad, sería más justo, y entenderíamos que ayudarnos es ayudar al otro.